Dulantzi planta su futuro (Diario Noticias de Alava)

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Eva San Pedro - 22.03.10 - DIARIO NOTICIAS DE ALAVA
La localidad alavesa de Dulantzi amaneció ayer cubierta por un ligero sirimiri, que no fue obstáculo para que los miembros de Ronzapil se reunieran en la parte más alta de la villa, en las inmediaciones del depósito de agua, para celebrar el Día del árbol con la plantación de dos centenares de ejemplares de varias especies. Con ellos recordaron a todos los dulantziarras, especialmente a los más jóvenes, la necesidad de esforzarse diariamente en mantener e incrementar las superficies arboladas, así como de proteger y conservar la naturaleza.

Puntuales a la cita, un centenar de vecinos se arremolinaron en torno al Ayuntamiento para posteriormente dirigirse hasta la zona elegida para la plantación, donde les esperaban los representantes de Ronzapil, ocupados desde las nueve de la mañana en marcar los sitios exactos para colocar los pequeños ejemplares de quercus faginea, quercus ilex ballota, tilia cordata, tilia platyphyllos y sorbus doméstica, entre otros. "Está emocionadísima con la idea de plantar árboles", comentaba una madre a su grupo de amigas mientras contemplaba a su hija pequeña ataviada con botas de goma de color rosa y dos graciosas coletas en su cabellera rubia.

MÁS AZADAS Los de Ronzapil guiaron a los vecinos de Dulantzi hasta el lugar exacto de la plantación, en el camino que une el antiguo cementerio de la localidad con el depósito de aguas donde repartieron las azadas. "Este año hemos tenido que comprar más y aun y todo no nos ha llegado", comentaba al inicio de la actividad Carlos Carrero, miembro de Ronzapil. Uno de los primeros en comenzar la tarea fue el pequeño Markel, que acompañado por su padre Rafa agarraba con esmero el mango de la azada ante la atenta mirada de Mónica, la madre. Con sus pequeñas manos echaba la tierra con la que cubrir la planta de acebo. "Tendremos que venir algún día a regarlo", le decía su ama al pequeño dulantziarra que asentía con la cabeza. A escasos metros, Keira y Andrea se afanaban en hacer un agujero. "Es mejor hacerlo más profundo para que agarre mejor", comentaban.

Los progenitores velaban por la integridad de los pequeños y advertían insistentemente a los txikis del peligro que conlleva la azada. "Aitor, cuando estén con la azada no pongas la mano que puede haber una desgracia", comentaba Fabi mientras veía como trabajaban los pequeños. Subidos en una loma, la familiar formada por Aitor, de 7 años, Laura, de 10 años, Arturo, Arantza y el abuelo Julio se esmeraban por colocar bien un acebo. "Es una idea muy buena que organicen este tipo de actos porque nos sirve para concienciarnos sobre la importancia de proteger el medio ambiente. Además hacemos algo diferente el domingo", comentaba Arantza, la madre mientras Julio cavaba la tierra.

Laura fue la encargada de colocar la planta, de echar la tierra y presionar para evitar la entrada de aire. "En verano cuando pasemos con la bicicleta hacia la presa tendremos que parar a ver cómo va", le decía a Aitor su madre quien treinta años atrás participó en una experiencia similar cuando cursaba quinto de EGB y el colegio les llevó al pantano a plantar árboles. Para hacer un seguimiento exacto de su ejemplar la familia colocó una señal en uno de los matos cercanos. "Así podremos saber cuál es el nuestro", decían al unísono la familia que se lo pasó "en grande" con la actividad.
Dia del arbol